El trastorno adaptativo limita entre la normalidad y lo patológico

Las dificultades de adaptación en situaciones estresantes, desencadenan una sintomatología que puede llegar a desbordarnos.

Reacciones normales a estresores, serían las que desencadenan una sintomatología leve que a pesar de presentar nerviosismo, tristeza, irritabilidad van a ser síntomas pasajeros y ajustados a la situación que estamos viviendo y no nos van a ocasionar cambios destacables en nuestra vida. Nuestro círculo de apoyo será suficiente para ayudarnos a superar estos momentos.

Cuando la adaptación a estos cambios dura más de 3 meses, cuesta sobreponerse y afecta a tu vida diaria, estariamos hablando de un trastorno adaptativo.

Pero, qué es un trastorno adaptativo

Podríamos definirlo como un punto intermedio entre la normalidad y la patología.

En el trastorno adaptativo aparece sintomatología emocional y conductual como respuesta a un estresor no traumático identificable que aparece durante los tres meses siguientes al evento estresante. Estos síntomas provocan malestar y un mal funcionamiento en lo laboral y/o académico así como en el funcionamiento social. Van a ser respuestas desproporcionadas teniendo siempre en cuenta cuáles son las características del estresor como su intensidad, si era predecible y si sabemos que se puede llegar a controlar. Los síntomas una vez que cesa el estresor o sus consecuencias, no duran más de 6 meses.

Los estresores más frecuentes que se encontraron en un estudio sobre los trastornos adaptativos en consultas de salud mental fueron: problemas de salud (33,2%), conflictos laborales (21,3%) y conflictos en el hogar (16%). El paro fué un desencadenante en el 2,6% de los pacientes. Estos datos nos indican que la situación de crisis sanitaria que estamos viviendo, tiene una alta probabilidad de desencadenar un trastorno adaptativo en una gran parte de la población.

Diferenciar el trastorno adaptativo de otros trastornos de estrés

Comencemos explicando qué es un acontecimiento traumático.

Un acontecimiento traumático es un suceso negativo, brusco e inesperado que atenta contra la integridad física y psicológica y en el que empleamos estrategias de afrontamiento inadecuadas

El trastorno de estrés agudo suele durar entre 3 días y un mes desde la exposición a un suceso traumático. Los síntomas se presentan inmediatamente después del trauma. Comparte síntomas con el trastorno de estrés postraumático como embotamiento afectivo, desapego, irritabilidad, síntomas disociativos, insmonio…

El trastorno de estrés postraumático no puede diagnosticarse hasta un mes después de la aparición del evento traumático. Acontece tras la exposición directa o indirecta a la muerte, lesión grave o violencia sexual. El individuo experimenta síntomas como reexperimentación persistente del acontecimiento traumatico, evitación de estímulos asociados al trauma, alteraciones negativas de la cognición y el estado de ánimo, hipervigilancia o respuestas exageradas de sobresalto.

No todas las personas superan los eventos de la vida de la misma forma porque intervienen diferentes variables como: personalidad, contexto, circunstancias personales, recursos personales, resiliencia y estrategias de afrontamiento. Solemos tener una forma más o menos estable de afrontar situaciones estresantes, sería nuestro estilo de afrontamiento, afrontamiento activo (resolución) y/o afrontamiento pasivo (evitación), en cada una podemos utilizar diferentes estrategias, empleando las más adecuadas para cada situación.

Estrategias de afrontamiento según Skinner y al. 2003

  1. Resolución de problemas (planificación, toma de decisiones, análisis…)
  2. Búsqueda de apoyo (conducta de ayuda)
  3. Escape-evitación (negación, resolver más por creencias o deseos)
  4. Distracción (actividades placenteras como leer, ver TV, hablar con amigos)
  5. Reestructuración cognitiva (valorar y ajustar nuestra visión sobre la situación)
  6. Rumiación (autoinculparse, temor, pensamientos negativos repetitivos)
  7. Desesperación (pasividad, confusión, pesimismo)
  8. Retirada social (no compartir lo que te pasa con otros y estar alejado)
  9. Regulación emocional ( disminuir malestar y fomentar expresión emocional)
  10. Búsqueda de información (conocer más sobre el estresor sin obsesionarse)
  11. Negociación (reducción de demandas, proponer compromisos)
  12. Oposición (enfado, agresión, resistencia)
  13. Delegación (dependencia, protestar, quejarse)

Cuando consultar

Si sientes que no puedes controlar los síntomas tras haber estado expuesto a un estresor elevado, si está afectando de forma considerable a tu vida personal, laboral y social, si anteriormente has tenido problemas moderados de ansiedad o depresión y si se alargan los síntomas en el tiempo, es el momento de pedir ayuda profesional.

La meditación mindfulness se basa en la meditación vipassana

Meditar es: «El arte de estabilizar la mente y permanecer presente ante cualquier circunstancia».

Al meditar, activamos el control atencional, la conciencia de uno mismo y la regulación emocional

Cuando tuve oportunidad de experimentar la meditación, la integré en mi vida. No podía haber sido de otra manera. Mis sentidos se ampliaron exponencialmente, me dí cuenta de mis distracciones, mis patrones mentales, mis emociones conocidas y de otras que no había tenido en consideración. Además, casi sin darme cuenta, me trataba con más amabilidad identificaba mejor cuando emitía juicios innecesarios. Aunque mis patrones mentales no han desaparecido, tengo mejor relación con ellos, se han atenuado y sigo en la búsqueda de otros nuevos. Soy más amable conmigo misma y casi sin proponermelo, con los otros.

Qué es y qué no es

Contrariamente a lo que puede creerse, el objetivo en la meditación no es relajarse o desconectar, más bien es todo lo contrario. Es estar atento a todo lo que llega cuando se incrementa la conciencia en nuestro cuerpo (sensaciones corporales), en los procesos internos (pensamiento, imágenes, recuerdos, juicios, emociones…) y nuestro yo.

Cómo meditar

Podemos meditar de muchas formas: sentados en el cojín o zafu, en el banco de meditación, en una silla con respaldo recto, tumbados sobre una superficie acolchada, o incluso de pie. Lo importante no es el lugar en el que medites, o que tipo de ropa llevas puesta, lo importante es tu intención al meditar. Tu presencia, interés y curiosidad.

Práctica de Body Scan